Cuaderno Peronista N°1
Cuadernos Peronistas es una publicación de la Agrupación Felipe Vallese orientada a facilitar el estudio y la formación de los compañeros mediante la difusión de documentos y materiales históricos de nuestras luchas nacionales.
Directivas Generales para todos los peronistas
Directivas de J. D. Perón enviadas por carta en enero de 1956
1. Objetivos
El Justicialismo es una revolución social. En 10 años de realidades, su doctrina y su mística han mostrado los objetivos que se pueden alcanzar y han indicado el camino para lograrlos.
Hemos cometido el error de creer que una revolución social podría realizarse incruentamente.
La reacción nos ha demostrado que estábamos equivocados y hemos pagado un caro precio por nuestro humanitarismo. El motín militar y la dictadura que siguieron a esa etapa justicialista son meros incidentes de la lucha. Lo permanente es nuestra revolución. Este lapso de tiranía es lo indicado para salvar a la revolución social, después del error inicial cometido por nosotros. Era lo único que podía darle vigor, extenderla y purificarla. Es una «poda» que nos devolverá la dinámica revolucionaria.
Es también la única manera de salvar ese error cometido en nombre de un sentimiento humanitario que, los mismos por él favorecidos, han desmentido con la saña más feroz en la desposesión y el asesinato a mansalva de los trabajadores. Por eso, los trabajadores argentinos y los peronistas, que se unen en la doctrina justicialista, ante el fracaso de las formas incruentas ensayadas, debemos prepararnos espiritualmente para una revolución social de proporciones definidas, destinada a realizar sus objetivos con el desarme de la reacción y su extinción absoluta.
El Pueblo Argentino ha presenciado los métodos de la reacción. La ruina progresiva de los obreros y el robo de sus bienes en los sindicatos y en la Confederación General del Trabajo son ejemplos elocuentes. La muerte de miles de trabajadores, asesinados por la reacción, nos está demostrando el camino en esta lucha, que nos negamos a iniciar nosotros pero que nuestros enemigos han desencadenado.
A nosotros ya no nos interesan las elecciones sino como un medio más para el logro de nuestros objetivos. Debemos estar decididos y prepararnos minuciosamente para una nueva acción: la revolución social. Será a corto plazo si todos se unen detrás de las banderas justicialistas y cumplen con el deber de la hora. Si no, será a largo plazo. Pero de todas maneras, será.
Debemos vengar a nuestros hermanos asesinados en todo el territorio de la República. Debemos vindicar a los miles de compañeros aprisionados y escarnecidos por la reacción. Debemos volver a los trabajadores dignificados y reivindicados. Ello sólo se puede obtener mediante la revolución social.
Que el recuerdo de nuestros compañeros muertos impulse a los trabajadores en el cumplimiento de su deber solidario. Que la memoria de Eva Perón, escarnecida por la tiranía, dé a nuestras mujeres el aliento y el valor necesarios para luchar. Que nadie falte en la hora decisiva y que cada uno sepa lo que debe hacer: ésa es la tarea a preparar ahora y hasta el triunfo.
2. Misión
Es menester aprovechar la situación de fuerza para salir de ella mediante la fuerza o, en su defecto, por la acción política, e instaurar el Estado Justicialista integral.
Ello impone: luchar con la dictadura mediante la resistencia pasiva hasta que se debilite y nuestras fuerzas puedan tomar el poder. Para eso es necesario mantener en toda vigencia la resistencia pasiva, organizar nuestras fuerzas totales, planificar y preparar la revolución social.
Si es posible se dará un golpe revolucionario, si no mediante la acción persistente de nuestras masas en la acción política, para llegar al poder y desde allí accionar.
3. Directivas generales
No me había equivocado al confiar en el instinto y sentido político de las masas. Ellas han superado a los dirigentes, señalan el camino y, sin su voluntad, ninguna acción es posible. Las masas en ningún momento fueron vencidas. Los incapaces y traidores hicieron posible la derrota de las fuerzas del orden y la ley. Los dirigentes no estuvimos en muchos casos a la altura de nuestra misión. Siendo esta hora de decisiones, los dirigentes deben surgir espontáneamente de las masas y su autoridad se afirmará en los hechos. La prisión de los dirigentes no debe ser una dificultad para la dirección, pues nuevos hombres deben reemplazarlos.
Es menester que los dirigentes interpreten a la masa y se dediquen a servirla y no a servirse de ella con fines personales. Tales dirigentes deben ser observados y apartados.
Los cambios de nombre, el acercamiento a caudillos alejados del Movimiento, los contactos con los dirigentes militares de moda y la exposición de consejos amistosos al actual equipo de la tiranía son inadmisibles. Los dirigentes que intervengan en éstos deben ser repudiados por traidores y disociadores.
La posición del Movimiento es clara. Estamos en vigilancia para resolver a su hora. Los «madrugadores» no trabajan para el conjunto sino para ellos. Nosotros debemos mantener la unidad partidaria en la organización y la unidad doctrinaria en la acción.
Estas directivas son conjuntas para todo el Movimiento. Por razones de claridad, han sido ordenadas por titulo, pero, todo sirve para todos. No se acatarán órdenes que contradigan estas directivas sin recibir, por el mismo conducto y forma, la nueva directiva. Estas directivas son amplias para que cada uno pueda adaptarlas a las circunstancias.
4. Directivas particulares
a) Partido Peronista Masculino
Debe mantener una línea de absoluta intransigencia. No queremos servir intereses políticos de nadie y menos favorecer las ambiciones personales de caudillos, se llamen como se llamen. Nuestro fin no es únicamente político sino social. La política es sólo un medio. «Que todos sean artífices del destino común pero ninguno instrumento de la ambición de nadie.»
El Consejo Superior debe organizar y dirigir la acción orgánica pero no debe y no puede juzgar la decisión partidaria, menos aún fuera de la línea política trazada, sin el acuerdo del Movimiento. El Movimiento tiene un Jefe.
La tiranía reaccionaria busca destruir nuestras fuerzas por disociación y divisionismo. Los dirigentes que pretendan formar nuevos partidos están entendidos con la tiranía y son simplemente traidores a nuestro Movimiento: hay que desenmascarados y repudiarlos.
Es menester mantener el Movimiento a toda costa en su organ ización permanente, mediante la unión indestructible de las fuerzas que lo componen (PPM-PPF-CGT). Ninguna decisión partidaria debe tomarse sin la consulta previa entre las partes y, en lo posible, con el Jefe del Movimiento.
En la acción política ningún apuro puede ser conveniente. Es menester mantener la orgánica y organizar las fuerzas, manteniéndolas unidas e informadas. Siempre habrá tiempo para tomar decisiones. Luchamos por una causa no por un candidato. La causa debe apasionarnos. Los candidatos deben despreocuparnos. Nuestro candidato es el que sirve de mejor manera a nuestros objetivos y misión. Es solo un medio. El fin es el indicado en la misión. Trabajar incansablemente por la causa común es la misión de cada peronista en esta hora de prueba. Cada casa debe ser una unidad básica y cada peronista un jefe y un vigía de nuestro Movimiento.
Para la decisión que buscamos no interesa tanto el aspecto cualitativo de la organización, cuanto su sentido cuantitativo. Debemos mantener la mayoría y aumentarla, sosteniendo nuestros principios y ayudándonos con los errores y abusos de la tiranía. Debemos trabajar para todos en general pero para ninguno en particular. Sólo unidos venceremos.
b) Partido Peronista Femenino
Como una reafirmación de su conducta invariable y de la acertada conducción de las mujeres peronistas en esta emergencia, en la que han mantenido la mística y la orientación de Evita, vale también para el Partido Peronista Femenino, cuanto se dice para el Masculino. Toda la acción de esta hora debe recaer en la organización del Partido Peronista Femenino en todo el país. Es suficiente con mantener la cohesión partidaria y el sentimiento peronista latente. La hora de las decisiones no ha llegado aún en lo político. Esta es hora de organización. Cada casa de un peronista debe ser una unidad básica y cada mujeer peronista debe sentirse dirigente y luchar como tal. Mantener la disciplina partidaria y orientarse en la palabra y la acción de las dirigentes del Partido Peronista Femenino que deben mantener contacto permanente con las demás fuerzas el Movimiento.
c) Confederación General del Trabajo
La clase trabajadora en los sucesos pasados ha puesto en evidencia que posee la clara conciencia de su gravitación política. Sin mayor experiencia en la acción directa demostró sorprendente unidad político-gremial forjada exclusivamente mediante la doctrina peronista. Ha demostrado también, que las masas trabajadoras han superado el ámbito de sus propios problemas sindicales para intervenir enérgica y activamente en la realización de sus propios destinos con sustanciados con el de la Nación.
Por primera vez en la historia del gremialismo argentino, el Movimiento Obrero reacciona y cumple sus objetivos frente a un poder contrarrevolucionario triunfante, que tiene en sus manos toda la fuerza de la represión y no vacila en emplearla sangrientamente.
Demuestra así que está capacitada y dispuesta, en un futuro inmediato, a alcanzar los objetivos que una buena conducción le señale. Es evidente que los trabajadores han quedado sorprendidos, de que triunfantes en los sucesos del 17 de octubre y del 2 y 15 de noviembre, sus dirigentes no hayan sabido obtener los frutos que todos esperaban. Es menester seleccionar mejor a los dirigentes, radiando a los que no sirvan por debilidad, comodidad e incapacidad y reemplazándolos sin más por otros hombres mejores. Hoy lo único respetable es precisamente el éxito que se debe alcanzar.
Es imprescindible reestructurar los cuadros dirigentes sobre la base de una estrecha unidad con el resto del Movimiento poniendo al frente hombres enérgicos y capaces. Los trabajadores en estos momentos necesitan dirigentes audaces y valientes, que enfrenten a la dictadura con las verdades del Peronismo. Es necesario constituir Comités de Huelga con carácter permanente y organizar las auto-defensas sindicales que oportunamente deben pasar a ser ofensivas.
Es necesario que los trabajadores y sus dirigentes se persuadan que están empeñados en una lucha decisiva y que como tal impone una conducta valiente, enérgica y decidida. La revolución social impone esfuerzos y sacrificios mancomunados de carácter permanente.
Es menester no dar tregua a la tiranía. El trabajo a desgano, el bajo rendimiento, el sabotaje, la huelga, el paro, el desorden, la lucha activa por todos los medios y en todo lugar debe ser la regla. Sin esta preparación la revolución social no será posible a corto plazo, porque la tiranía sólo caerá por este medio; luego, es necesario incrementarlo diez veces más cada día. Siendo la finalidad básica la revolución social todos los demás objetivos deben subordinarse a esa finalidad. La conducta de cada obrero estará fijada cada día en lo que pueda hacer para derribar a la tiranía e imponer el Justicialismo integral y absoluto por la forma más rápida y definitiva.
Prepararse para explotar el éxito, es la tarea de la organización. Es necesario que cada hombre tenga su misión personal en la tarea común de aplastar y destruir definitivamente la reacción por todos los medios.
Juan Domingo Perón
(SECRETO – Sólo para conocimiento de los dirigentes responsables y seguros.)